Fecha de publicación: 25 de julio de 2022
Si perteneces al área de la salud, el término hepatitis te resultará conocido, pues el personal médico debe vacunarse contra ella antes de trabajar en algún hospital o clínica. Para el resto de las personas, no es una enfermedad que suene familiar. De hecho, al viajar al extranjero, no todos los países se preocupan de que quienes ingresen estén saludables en este sentido.
¿Será entonces que no es un tema relevante? Los últimos estudios demuestran todo lo contrario. "Hoy en día se considera que las hepatitis víricas son un grave problema de salud pública que requiere una respuesta urgente" menciona la Dra. Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Por qué las enfermedades del hígado se han convertido en un asunto preocupante a nivel mundial? ¿Cómo prevenirlas si muchas personas no saben sobre ellas? ¿Es posible curarse de alguna? Primero conozcamos sus tipos, síntomas y causas.
Hay diferentes tipos de virus que causan inflamación del hígado. Los principales síntomas son: orina oscura, fiebre, heces grises, vómitos, pérdida de peso y apetito, dolor abdominal y de articulaciones, ojos y piel amarillentos (ictericia), etc.
Los tipos de hepatitis virales se clasifican en:
Es una enfermedad crónica en la que el sistema inmunológico ataca el hígado y lo deteriora. Si se deja sin tratamiento, puede empeorar y causar cirrosis o insuficiencia hepática. La enfermedad afecta a cualquier edad y a personas de todos los grupos raciales y étnicos.
Es una lesión en todo el hígado causada por falta de riego sanguíneo o de oxígeno, provocando la muerte de los hepatocitos(células del hígado). Las personas afectadas sufren de náuseas y vómitos, además de dolor al palpar. El tratamiento va enfocado a la causa del bloqueo sanguíneo (trombosis, aneurisma, etc.)
Cada enfermedad mencionada tiene sus características, las cuales fluctúan en gravedad de acuerdo a los antecedentes del paciente; por lo tanto, la duración y tipo de tratamiento varía según lo estime el gastroenterólogo o hepatólogo a cargo. Es probable que el enfermo deba realizarse análisis de sangre y otros exámenes durante y después del tratamiento para corroborar el funcionamiento de la medicación.
El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2017 sobre la hepatitis (WHO Global hepatitis report, 2017) revela que cerca de 325 millones de personas padecen una infección crónica debido a la Hepatitis B o C y la gran mayoría carece de los medios para realizar un diagnóstico a tiempo y los tratamientos que podrían salvarles la vida.
De acuerdo al estudio ya señalado, las hepatitis víricas causaron 1,34 millones de muertes en 2015, una cifra similar a la atribuible a la tuberculosis y la infección por el VIH. La diferencia está en que, mientras la mortalidad por tuberculosis y la infección por el VIH se reduce, la causada por las hepatitis va en aumento.
En 1991, la OMS recomendó la inclusión de la vacuna en todos los programas de inmunización. En Chile, desde 1990 se inició la vacunación al personal de salud y a partir de abril del 2005 se incluyó la vacuna anti hepatitis B a todos los lactantes en el Programa Nacional de Inmunizaciones a los 2, 4, 6 meses y una dosis de refuerzo a los 18 meses (Informe de vigilancia y monitoreo de las hepatitis virales, noviembre 2015. Ministerio de Salud).
Teniendo esto presente, cada 28 de Julio se conmemora el Día Mundial Contra la Hepatitis, para instar a la población a cuidarse y prevenirla mediante la vacunación y estrictas medidas de higiene.
Tomar en cuenta estas sugerencias tendrá como resultado la disminución a nivel mundial de una enfermedad que ha afectado a zonas geográficas completas, como África.
Sin embargo, las hepatitis no son las únicas enfermedades que pueden dañar nuestro hígado. Este órgano vital tiene importantes funciones y, en gran parte, depende de nosotros mantenerlo saludable. ¿Cómo lograrlo? En este otro artículo te lo explicamos.