Ley de etiquetado: alto en recomendaciones saludablesLey de etiquetado: alto en recomendaciones saludables

Fecha de publicación: 1 de julio de 2019

Ley de etiquetado: alto en recomendaciones saludables

Fue un inicio complicado, pero con el tiempo la ley de etiquetado logró modificar los hábitos de consumo de los chilenos, quienes guiados por los sellos de advertencia, reconocen rápidamente los productos que sobrepasan el consumo recomendado de azúcar, grasas saturadas, calorías y sodio.

Desde su inicio en 2016, la normativa ha pasado por cambios que de manera gradual establecieron una disminución de los elementos nocivos para la salud y, en junio de este año, entró en vigencia su tercera etapa, aún más exigente. Si no sabes en qué consiste la última modificación, acá te lo contamos.

 

Última fase

En esta tercera etapa se reducirán los límites permitidos para los componentes nocivos para la salud. En el caso de los alimentos sólidos, por ejemplo, las calorías se reducirán aproximadamente en 20%, mientras que el azúcar y sodio, cerca del 50% por cada 100 gramos del producto, desde su implementación hasta esta última modificación.

Además, se incluirán octógonos negros a los productos artesanales, como alfajores, maní confitado o queques que sean fabricados por micro, pequeñas y medianas empresas, lo que significará que seis de cada 10 alimentos tendrán sellos.

Para que te quede aún más claro cómo ha sido la evolución de esta normativa, te compartimos estas infografías del Ministerio de Salud.

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Aplausos internacionales

Más allá de las controversias, esta ley logró traspasar fronteras y ha sido analizada por diferentes países como una alternativa viable para combatir la obesidad. Un vecino que ha seguido el ejemplo chileno fue Perú, donde en junio de este año entró en vigencia la Ley de Alimentación Saludable.

Su versión también incluye los sellos negros que advierten sobre el exceso de grasas saturadas, sodio y azúcar, pero a diferencia de Chile, no considera las calorías, aunque sí las grasas trans.

Otro reconocimiento que recibió fue de parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que este año le otorgó el premio Jacques Diouf 2018-2019 por su contribución a la seguridad alimentaria mundial. Anteriormente, la misma entidad realizó una publicación sobre la experiencia nacional, la que fue enviada a diferentes parlamentarios del mundo para que fuese considerada como referente.

 

Otras experiencias

En el Reino Unido funciona el sistema de semáforo alimentario, que a través de colores advierte sobre los niveles de azúcar, grasa, grasas saturadas y sal. El rojo indica que no es saludable, el verde que es saludable y el amarillo desaconsejado.

La principal diferencia con el modelo chileno es la forma de comunicar los mensajes de advertencia: mientras que aquí se enfatiza la disminución del consumo, los británicos utilizan descripciones positivas como “reducido en” o “saludable”.

Seguimos en Europa para conocer lo que hace Francia, donde se utiliza el sistema Nutriscore que no es obligatorio y que otorga puntuaciones de la A a la E, en función de la composición nutricional por cada 100 gramos del alimento. Bajo este modelo, galletas o papas fritas son catalogados con las letras D y E, porque contienen altas cantidades de calorías, azúcares simples, ácidos grasos saturados y sodio. Los productos que ocupan las letras A, B o C son frutas, verduras, legumbres o frutos secos.

Por su carácter voluntario, grandes conglomerados como Coca-Cola, Nestlé o Pepsico, no han aplicado este sistema, argumentando que la medida estigmatiza sus productos.

Y tú, ¿consideras que estas iniciativas ayudan a combatir la obesidad y mejorar nuestros hábitos alimenticios? ¿Has cambiado tu forma de alimentarte desde que partió la ley de etiquetado? Cuéntanos tu experiencia.

Gracias por leernos.

Publicado por el equipo de OK to Shop.

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