Fecha de publicación: 20 de octubre de 2023
La osteoporosis es una enfermedad bastante conocida. No obstante, poco se sabe de sus medidas preventivas, cómo enfrentarla una vez diagnosticada y el gran papel que juega la alimentación en su desarrollo y/o empeoramiento, aunque las estadísticas sobre ella no dejan de aumentar.
De acuerdo a la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF), una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de cincuenta años en el mundo sufrirá una fractura producto de esta enfermedad. Además, el informe SCOPE 2021 de esta institución reveló que los países europeos con mayor aumento en el número de mujeres con osteoporosis entre 2010 y 2019 fueron Alemania, Italia y el Reino Unido y se prevé que tengan el mayor número anual de fracturas por fragilidad en 2034.
Según un estudio publicado el año 2018 por la Sociedad Chilena de Osteología y Metabolismo Mineral (SCHOMM), en este país se trataban alrededor de 5.000 fracturas de cadera al año producidas por osteoporosis. En otros países de Latinoamérica, no hay registros actualizados que otorguen estadísticas claras sobre la cantidad de pacientes con esta enfermedad para poder concientizar a su población.
En OK to Shop queremos desmentir algunos mitos al respecto para que logres protegerte de ella, sobre todo si tienes antecedentes familiares. Veremos que no todos los tratamientos son iguales y cómo influye en la calidad de tus huesos lo que comes.
En el interior del hueso, se producen numerosos cambios metabólicos, alternando fases de destrucción y formación de hueso. Estas fases están reguladas por distintas hormonas, la actividad física, la dieta, los hábitos, entre otros factores. En condiciones normales, una persona alcanza entre los 30 y 35 años una cantidad máxima de masa ósea. A partir de ese momento, existe una pérdida natural de su densidad.
La osteoporosis es una enfermedad esquelética en la que se produce una notoria disminución de la densidad de masa ósea. Esto significa que los huesos se vuelven más porosos, las cavidades o celdillas que existen en su interior aumentan de tamaño y se separan, volviendo a los huesos más frágiles. Como consecuencia, ya no resisten como antes a los golpes y se rompen con facilidad.
Las causas pueden ser múltiples, como la mala alimentación y el sedentarismo, pero el principal factor de riesgo es el paso de los años. Es más frecuente en mujeres, ya que su masa ósea suele ser menor a la del varón y la menopausia acelera la pérdida de ella.
Existen muchas otras causas que provocan esta enfermedad, desde el alcoholismo, el uso prolongado de algunos fármacos (glucocorticoides, tratamiento hormonal utilizado en cáncer de mama y de próstata, etc.), déficit de estrógenos, de andrógenos y hormonas tiroideas, enfermedades inflamatorias reumáticas, hepáticas, hasta la insuficiencia renal. Incluso se le atribuyen factores genéticos y heredables; por lo tanto, no implica únicamente al tipo de alimentación.
"El problema fundamental de la osteoporosis es que es una enfermedad silenciosa, que no produce síntomas. Esta alteración de la calidad de los huesos no se detecta, salvo que se haga un estudio llamado densitometría ósea. Lo ideal sería que todos los pacientes con riesgo se realicen este examen", aseguró Pedro Pineda, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y jefe de la sección de Endocrinología y Diabetes del Hospital Clínico de dicha institución.
Debido a lo anterior, muchas personas recién se enteran de la enfermedad cuando sufren fracturas vertebrales, de cadera o de muñeca. Este tipo de lesiones son comunes en personas de la tercera edad.
Con esto presente, indicamos a continuación un conjunto de condiciones, las cuales propician la aparición de osteoporosis. Si perteneces a este grupo de riesgo, te recomendamos consultar a un traumatólogo para un correcto diagnóstico.
Para prevenir la pérdida de densidad ósea, existen estos consejos generales:
1. Mejorar la alimentación:
Se debe tener una buena alimentación con un aporte nutricional completo, agregando regularmente alimentos con calcio y vitamina D. Es importante tener en cuenta que, al someter a cocción por inmersión en agua, existe una mayor pérdida de la cantidad de calcio de un alimento, mientras que métodos de cocción a vapor o fritura mantienen una menor pérdida del mineral.
El calcio es un mineral y el elemento más abundante en el organismo del ser humano. Forma parte de los dientes y huesos, y representa aproximadamente un 2% del peso corporal total. Sus funciones principales son: ser parte de la estructura de huesos y dientes, participar en la coagulación sanguínea, en la contracción de los músculos, en el ritmo cardiaco y en el envío y recepción de señales neuronales. Se absorbe principalmente en la parte alta del intestino y se estima que se obtiene un 20 a 30% desde la dieta, pero en mujeres embarazadas puede llegar a un 60%.
Si bien la principal fuente de calcio proviene de la leche y sus derivados, quienes sufren de intolerancia a la lactosa deben optar por alternativas con adición de lactasa si la desean consumir y evitar las molestias estomacales.
En caso de alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV), vegetarianismo y/o veganismo, situaciones en las cuales se evita por completo la leche y sus derivados, este mineral debe suplementarse según las indicaciones de un profesional; pues las fuentes de origen vegetal como el brócoli, almendras, semillas de ajonjolí, entre otros, no son suficientes para lograr el requerimiento diario recomendado.
Cabe destacar que el aumento desmedido de cualquier mineral, incluido el calcio, puede ser tóxico y perjudicial para el organismo. Por eso, sé responsable al momento de suplementarte, siguiendo las instrucciones del médico.
Alimentos y nutrientes que potencian su absorción:
Alimentos y nutrientes que inhiben su absorción:
2. Fomentar el ejercicio:
Estudios demuestran que hacer 30 minutos de ejercicio tres veces a la semana tiene un impacto positivo en mujeres pre y postmenopáusicas. Además, algunos ejercicios de fuerza ayudan a mejorar la densidad ósea.
Sin embargo, debido al riesgo de fracturas por ejercicio exagerado o mal realizado, se recomienda la asesoría de un fisioterapeuta especialista en esta condición para indicar frecuencia y tipo de ejercicios.
3. Suspender el consumo de tabaco:
La nicotina enlentece la producción de células formadoras de hueso (osteoblastos) y, como resultado, generan menos hueso. Además, disminuye la absorción del calcio de la dieta. Estudios concluyen que adultos mayores fumadores tienen un 30% a 40% más de probabilidad de fracturarse la cadera que los no fumadores de la misma edad.
4. Controlar el consumo de alcohol:
El consumo de alcohol disminuye la masa ósea, debido a la alteración que produce en el metabolismo óseo (formación y remodelado de los huesos). Si se consume durante la adolescencia, reduce el máximo de masa ósea, lo que incrementa la probabilidad de osteopenia o de osteoporosis en la edad adulta. Si sufres dependencia alcohólica, busca ayuda profesional de inmediato.
5. Evitar medicamentos que disminuyen la densidad ósea:
Por ejemplo, diuréticos, algunos antiácidos, laxantes, glucocorticoides y algunos fármacos psiquiátricos. Consulta a tu médico si usas alguno de ellos para encontrar otra alternativa.
En algunos de casos de osteoporosis avanzada, quizás el médico decida usar ciertos fármacos. Estos son recetados en las dosis correspondientes de acuerdo al paciente.
Esperamos que este artículo te ayude a no tener miedo si tu médico te da este diagnóstico. Es posible vivir con esta enfermedad, pero ten presente estas sugerencias para evitar complicaciones futuras y mejorar tu calidad de vida ahora.