Fecha de publicación: 18 de julio de 2023
Cuando queremos comenzar un estilo de vida más equilibrado, solemos pensar que no solo requiere tiempo, sino de una inversión mayor de recursos económicos para poder llevarlo a cabo. ¿Será eso cierto?
En este artículo vamos a profundizar sobre cómo el nivel de ingresos económicos influye en la cantidad y tipo de alimentos que consumimos diariamente.
"La Encuesta de Consumo Alimentario (ENCA) establece que los chilenos y chilenas consumen exceso de energía, grasas saturadas, azúcares y sodio en todos los grupos etarios, pero los porcentajes más altos se observan en los niveles socioeconómicos más bajos y en áreas rurales", señala un comunicado publicado por la Universidad de Chile durante 2014 sobre dicho estudio.
Otros datos importantes que menciona ENCA, cuyo objetivo es conocer los patrones de consumo, contexto de conductas y hábitos alimentarios los chilenos en los últimos treinta años, son los siguientes:
En resumen, este estudio refleja desigualdad en el tipo de alimentación y cantidad de ingresos económicos, dando a entender que cerca del 95% de la población necesita cambios en su manera de alimentarse. Algo similar ocurre en otras partes de Latinoamérica.
Los profesores Luisa Tobar, Luis Fajardo y Luz Nayibe Vargas desarrollaron un trabajo de investigación en la Universidad Javeriana, Colombia. En el estudio llegaron a esta conclusión:
"Si la gente no cuenta con recursos suficientes, incluso cuando tenga claro el concepto de alimentación saludable, compra lo que le gusta (incluso condicionada por la publicidad); y, a su vez, lo que pueda, dependiendo del dinero y del tiempo para el cual está realizando la compra".
En otro estudio realizado con mujeres que viven en pobreza —publicado durante 2021 en Chile— se demostró que el insuficiente conocimiento en salud, específicamente en el área de alimentación y nutrición, sería una de las causas del creciente aumento de sobrepeso y obesidad.
Lo anterior se suma a otro problema cotidiano que enfrentan los(as) jefes(as) del hogar de niveles económicos medios a bajos al momento de alimentar a sus hijos(as): la falta de tiempo para preparar desayunos, almuerzo o incluso la cena a causa de las extensas jornadas laborales. Esto conlleva al abuso de comidas rápidas ultra procesadas y económicas, pero de escaso valor nutricional.
En algunos casos el encierro mejoró los hábitos alimenticios de algunas personas, sin embargo, no en todas las familias sucedió lo mismo.
¿Cómo afectó la pandemia la alimentación de los jóvenes a través del mundo? Este sondeo se realizó durante julio y agosto de 2020, a través de U-Report, para averiguar cómo las nuevas generaciones estaban enfrentando esta situación. Los resultados fueron:
El aumento del desempleo y la inflación de los precios a nivel mundial post pandemia también son desafíos para iniciar y luego conservar una alimentación equilibrada. ¿Se podrá conseguir a pesar de todos estos obstáculos?
No solo los bajos ingresos económicos forman parte de una alimentación desbalanceada. Otra gran razón es la falta de educación alimentaria: las personas con menos recursos económicos no gozan de una educación suficiente para poder conocer, diferenciar y elegir adecuadamente los alimentos que están consumiendo.
Por esta razón, el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de Chile (INTA) formuló las "Guías Alimentarias (GABA)", las cuales tienen como objetivo servir de base para formular políticas nacionales en materia de alimentación y nutrición, salud y agricultura, así como programas de educación nutricional destinados a fomentar hábitos de alimentación y modos de vida saludables.
La nutricionista y académica INTA, Nelly Bustos, considera que se pueden mejorar los hábitos alimentarios a través de las Guías, pero estas "deben ser acompañadas de programas de educación alimentaria nutricional y estrategias de difusión [...]. Además, requieren de procesos periódicos de revisión y actualización basados en nueva evidencia científica y las prácticas alimentarias de la población".
Chile tuvo sus primeras Guías en el año 1997, luego en 2004 y otra versión en 2015, las cuales han sido desarrolladas de acuerdo con los cambios epidemiológicos y nutricionales de la población.
En diciembre de 2022 se realizó el lanzamiento oficial de las actualizadas Guías Alimentarias para Chile. El gran cambio en estas nuevas guías es que no solo considera aspectos biológicos, sino que incorpora factores ambientales y socioculturales.
Estas guías son gratuitas y puedes descargarlas en este enlace. Incluyen las siguientes sugerencias generales:
Para que entiendas mejor el etiquetado de los productos, descarga nuestra aplicación gratuita en tu celular. En cada ficha encontrarás la descripción completa del alimento: nombre, foto, ingredientes, trazas, sellos certificadores, sellos de advertencia, tabla nutricional, etc. En la sección "¿Dónde comprarlo?" verás sugerencias de locales cercanos a tu ubicación y el precio aproximado del producto.
También puedes seleccionar el perfil "Sin Sellos" para limitar el consumo de productos altos en sodio, calorías, azúcar y/o grasas saturadas; y en nuestras redes sociales hallarás recetas sencillas y nutritivas para cocinar en casa.
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