Fecha de publicación: 15 de julio de 2019
Entregar pautas alimenticias no sólo es tarea de nutricionistas, ya que son varios los credos religiosos que indican qué comer a sus fieles. Por ejemplo, los budistas prohíben el alcohol, el tabaco y el café, mientras el cristianismo sugiere abstenerse de comer carne para ciertas festividades. Sin embargo, hay dos religiones donde se ha desarrollado una creciente industria en torno a la comida.
Se trata de los alimentos kosher (en hebreo apto o adecuado), consumidos por judíos, y los halal (palabra árabe que significa lícito), correspondientes a los musulmanes. En ambos casos existen normas que regulan el tratamiento que deben recibir los productos para que puedan ser ingeridos. A continuación, te contamos más detalles.
Mientras que los musulmanes se reúnen en mezquitas para seguir las enseñanzas del Corán, los judíos se congregan en sinagogas para estudiar La Torá. Dos religiones que tienen sus discrepancias, pero que en la alimentación tienen puntos de encuentro.
Tanto el judaísmo como el islam prohíben el alcohol y el consumo de cerdo, junto con todos sus derivados.
Los judíos pueden comer carne de animales rumiantes y con pezuña partida, como las vacas, ovejas, cabras y ciervos. También aves domésticas, como pollo, pavo y ganso. Respecto a los productos del mar, prohíben los mariscos y aquellos que no tengan escamas y aletas.
Otra normativa kosher es la prohibición de mezclar la carne con la leche, tanto en su preparación como en su consumo, debiendo esperar al menos seis horas entre la ingesta de estos alimentos. Esto beneficia la digestión.
En el caso de los musulmanes, las restricciones son menores que los alimentos kosher. Eso sí, deben evitar el consumo de carne de animales carnívoros o carroñeros, las aves con garras, además de jabalí y serpientes. Tampoco está permitido el consumo de sangre y sus productos derivados como prietas.
Otro tema en el que existe similitud y que ha sido motivo de controversia por parte de grupos animalistas es la forma en que se sacrifica el animal, mediante un corte y hasta el desangramiento total, para que pueda ser consumido posteriormente. En Europa, ya hay países que aplican normativas para regular esta ancestral técnica.
Es tanta la rigurosidad y exigencias de calidad que tienen los productos kosher y halal, que este tipo de alimentos ha despertado el interés de nuevos comensales en distintas partes del mundo.
Y en nuestro país se pueden encontrar lugares que venden estos productos, pues acá vive la comunidad palestina más grande del mundo. Son cerca de 3.500 las personas que siguen el islam, según datos del último censo. Aunque la comunidad judía es aún mayor, con alrededor de 18 mil habitantes.
Si te interesa probar los alimentos kosher o halal e integrarlos a tu dieta, puedes partir por visitar alguno de estos lugares.